miércoles, 2 de noviembre de 2011

DÍA DE MUERTOS, UNA PRÁCTICA RITUAL Y META RITUAL MESOAMÉRICANA




Músicos (del Cementerio General del Municipio de San Martín, El Salvador) interpretando algunas de las melodías que le agradaban al difunto, este acto ritual, es parte de muchos que se expresan el 2 de noviembre de cada año. Así la magia y lacreencia en la vida después de la muerte, es considerada en antropología cultural (etnología) como un Universal.



DIA DE MUERTOS UNA PRÁCTICA RITUAL Y META RITUAL MESOAMERICANA

Por: Álvaro Sermeño


La práctica ritual conmemorativa a los Difuntos ha sido una constante en las culturas que conforman Mesoamérica Milenaria. Desde tiempos inmemoriales la acción de convidar a los difuntos es parte de una ritualidad, en la cual los símbolos se entremezclan, dichos símbolos están relacionados con quienes ya partieron, los que recordamos entre Nuestros Muertos.

Así, cada 2 de noviembre de cada año, la población acude a “enflorar”; pero más que enflorar, es toda una carga signica, en la que se conjugan elementos simbólicos rituales en torno a la muerte, la cual se convierte en un rito de transición simbólica entre la Vida y la Muerte.


De esta manera, se elevan a nuevas categorías simbólicas las que conforman nuestras identidades culturales dentro de esta acción ritual en relación a la muerte.

Cada rito es un proceso ´cultural relacionado a recordar y compartir; convidando a los difuntos a participar en nuestra cotidianeidad, la cual conforma una estructura signica funcional en relación a lo mágico- religioso, lo espiritual lo inmaterial. Esta dualidad que aparece en torno a la Vida y a la Muerte, es producto de la cosmovisión que procede de nuestras raíces prehispánicas. No obstante, cada rito es una manifestación propia de cada pueblo, en especial, los ritos fúnebres están ligados a la consideración de reconocer, conmemorar las acciones rituales en conmemorar y celebrar con fiesta en honor a quienes ya partieron, se les convoca para pedirles y convidarles con sus consejos desde el más allá.

El tema de la Muerte por igual en nuestras culturas, se llena de misterio, se transforma en un proceso místico, mágico religioso que conforman nuestra identidades de cada pueblo.

En El Salvador a igual que el resto de la región Mesoamericana, se llena de júbilo. Cada familia junto a las demás personas, acuden a los cementerio. En dichos lugares, se establece un sistema de interacción social cultural, en la que los intercambios de elementos se llenan de fervor. Igualmente son espacios de dinamismo económico, de interactuación ritual, y de encuentro entre los vivos y los muertos.

Entrado en este sistema simbólico ritual, el Día de los Difuntos o Día de los Muertos, se ha cosntituido en una tradición que procede desde el periodo prehispánico. Dicha práctica ritual es fruto del compartimiento, tanto espiritual, económico y simbólico en el que participan todos los entes activods que acuden y se incorporan a conmemorar y celebrar la relación Dual entre la vida y la muerte. Los vivos comparten con los muertos, a celebrar y compartir sus penas y sacrificios en torno a sus difuntos.

Desde tiempos milenarios los actos rituales en torno a la Muerte, se expresan cada año durante las fechas relacionadas a la muerte. En el Calendario Maya el séptimo sello, cuyo glifo o símbolo es CIMI o Kamé, la muerte se dibuja con un cráneo, corresponde a una cromática blanca, su elemento es el aire, el hálito del viento " ik ", el ijillo que representa el hálito de vida, el aire. La dualidad Muerte y Vida, es una constante. Cada elemento es en síntesis de la vida misma.

Así, cuando se convida a los muertos para que compartan nuestras vidas, nuestros alimentos, nuestro licor, nuestra agua, en sí, nuestras actividades cotidianas en la vida.

Hoy en este día los muertos son recordados, realmente, nadie muere bajo la cosmovisión ritual de los creyentes, ya que viven en cada memoria individual y colectiva. Cada cultura lo celebra diferente. Pero con una particularidad, de los mismos pueblos, los cuales tienen una diversidad ritual que nos une en un sincretismo cultural.

Si comparamos las diferentes culturas, tales como las mayas, egipcias, árabes, chinasy de muchsas otras culturas, entre las cuales muchas que encontramos porn ejemplo en la micronesia o entre otras ya que la muerte es una realidad para todos los pueblos del mundo, que tarde o temprano enfrentaremos cada ser viviente.

Claro, el concepto interpretativo de la Muerte, es un universal, y esto se repite en todas las culturas, los espíritus que penan, los cuales deambulan después del fallecimiento vagando por el mundo que un día los acojió, la cual es la creencia en un paraíso, en una dimensión distinta y semejante a la nuestra, la cual es una persona una cosmovisión. Cada cultura lo celebra con una particularidad, pero los mismos pueblos tienen una diversidad ritual, cada cultura se expresa sobre la experiencia de la Muerte.

Los sueños son para muchas culturas un sinónimo de muerte, lo que más se parece a la muerte es precisamente el sueño. Cada sueño para dichas culturas es una vida paralela,donde lo irreal y lo real toman vida real ritual, para cada una de las culturas que lo interpreta de esta manera, se conforman bajo una visión cosntante de la vida misma.

Las tradiciones dentro de Mesoamérica, son el compartir con los muertos tanto las penas, las desdichas, pero igual las celebraciones a la vida, el amor, el dolor y otras manifestaciones humanas que se transforman en la práctica ritual en rito y mito. En todo caso, se comparte cada instante la vida.

El Tzopantli es una expresión de la Muerte en las ritualidades prehispánicas mesoamericanas, es un muro de calaveras, una muralla de huesos y cráneos. El Juego de la Pelota, se expresa como la cabeza del Sol. El cráneo humano que recorre el mundo celeste, convertido en la Luna y el Sol. Estos símbolos se repiten a lo largo de México y Centroamérica. Pero cada región le encarna sus propias particularidades, los espíritus son convidados a participar del banquete, de los aperitivos, de las bebidas embriagantes, de la dulce chicha. Con la llegada del cristianismo por los primeros misioneros, esta ritualidad se conjugó, se mescló con toda majestuosidad de las diferentes culturas que se expresaron en el sincretismo cultural. Las cosmovisiones se entretejieron, y se formaron nuevas ritualidades en torno a la muerte. Cada cultura de esta manera la ha encarnado. Y la constituye en propia, al agregarle y empoderarse de ella. Estas prácticas rituales hoy conforman el cuerpo identitario de nuestras culturas mesoamericanas.








La gente de diferentes estratos sociales, acude a enflorar cada año, conmemorando y celebrando “El Día de los Difuntos” con diversas actividades rituales en el Cementerio del Municipio de San Martín, dpto. de San Salvador, El Salvador.





Álvaro Sermeño
(Antropólogo salvadoreño).