miércoles, 18 de mayo de 2011

EL ARTE DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ES UN ARTE NEGADO POR LA SOCIEDADES OCCIDENTALIZADAS, REFLEJO DE UNA SOCIEDAD CLASISTA.



"La Danza del Jaguar" (fragmento)
Técnica: Acrílico sobre lienzo.
Dimensiones: 1.20mt. x 80 cms.
Autor: Álvaro Sermeño.




“EL COMPROMISO DEL ARTE Y SU PAPEL TRANSFORMADOR EN LA SOCIEDAD: EL ARTE DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ES UN ARTE NEGADO POR LA SOCIEDADES OCCIDENTALIZADAS, REFLEJO DE UNA SOCIEDAD CLASISTA Y DISCRIMINATORIA.

Por: Álvaro Sermeño.

El arte constituye una de las formas de conciencia social, y especialmente, una de las formas de comunicación humana, para esto, es necesario aclararnos primeramente algunos conceptos en torno al papel que juegan las imágenes estéticas en el mercado capitalista, el cual reduce a la labor creadora del trabajador, obrero –artista, considerando el arte una mera mercancía. En ese “juego”, mucho de los creadores de arte producen su obra bajo los cánones y criterios de la demanda del estado capitalista, y no de la demanda de la necesidad del consumo del deleite de la obra estética creadora por los grandes sectores populares productivos laborales (del proletariado). Sino éste se reduce al consumo en los círculos pequeños de las élites, la pregunta es: ¿cómo se considera la obra de arte producida por manos del pueblo de obreros, campesinos, mujeres y hombres, y en especial el arte de las poblaciones indígenas? Para esto, la producción del arte de los pueblos originarios, si se le reconoce como tal, en una manifestación estética de los que el mercado capitalista denomina “artesanías o artesanales”. Dichas manifestaciones, gozan del valor simbólico iconográfico de ser elaborado por “indios”, y cuando esto sucede, por lo general es totalmente anónimo. Ante éste atropello del derecho legítimo de su autoría intelectual individual- colectivo, el arte elaborado por las manos del intelecto indígena, se convierte nada más en pieza vendible; desde el punto de vista mercantilista, en una cosa “bonita”, “decorativa”. Más que considerada en una expresión estética legitima creadora.

El truco del capitalismo frente a la autoría intelectual, es que vale más la firma del autor que la obra por su contenido y forma en sí. En ese sentido, si el autor goza de prestigio, aumenta la demanda del valor de uso y valor de compra de cada obra (lo cual juega como sinónimo de símbolo de poder adquisitivo) “es en el verdadero valor” que encierra la obra en sí, quizás por su forma y no por su contenido. Por tanto, analicemos, como el capitalismo neoliberal, desvalora una producción intelectual, una pieza u obra de arte cuando se le considera falsa, y no legítima adjudicada anteriormente a un determinado, autor de prestigio, famoso. “Es precisamente, “la firma la que vale” y no en sí la obra producida estéticamente bajo los cánones occidentales elaborados por un creador.

Pero volviendo a nuestro análisis de contenido de la obra de arte producido o parido por los pueblos originarios. En el caso de ser llamado: “arte indígena”, o “las artes de los pueblos primitivos”, en antropología, se hacen valoraciones como el arte de numerosos pueblos llamados “primitivos” es considerado despectivamente “primitivistas”, pero bajo un enfoque peyorativo de ser considerado una producción exótica, poco común en estos laredos. No cabe duda que el arte producido por los pueblos originarios son el resultado de un largo proceso cultural muy propio, aunque en muchos casos sea el resultado sincrético, en donde juega un sistema complejo simbólico- sígnico, entre un significante y un significado estético- ideológico, y que contenga un alto valor artístico cultural; no obstante, posee en sus entrañas, implícitamente, un alto contenido ritual, simbólico. El arte de los pueblos originarios es a igual tan valioso como otra manifestación universal de las culturas del globo en el cual cohabitamos, producido por las manos originarias de los pueblos que lo paren, y no bajo conceptos de los cánones occidentales. En sí, es un arte que cumple con los procesos de comunicación humana, dentro de la comunicación estética del arte en general, por tanto, es un arte creador dentro de un proceso decodificador del pensamiento de los pueblos originarios, y en realidad se convierte en auténticos signos artísticos.

Así, cada pieza producida por los pueblos originarios debe de elevarse por parte de los sofistas e intelectuales burgueses y de sus lacayos servidores pseudo burgueses, quienes niegan a la producción estética de los pueblos originarios la categoría de arte. No cabe duda, que lo importante para el mercado mundial globalizado es el arte occidentalizado, que produce dividendos. Tanto, en otros continentes como China, Oceanía, África, o en cualquier parte del mundo el arte de los pueblos originarios se transforma en manifestaciones de la conciencia social. Y como una de las formas de conciencia social, el arte es el reflejo o el producto de las sociedades que lo producen. Cada manifestación estética encierra un valor estético simbólico creador histórico cultural de la sociedad que lo produce.

En El Salvador, el registro histórico de las iconografías antiguas ha estado sumergida en la total obscuridad,, no sabemos mucho de lo ocurrido en términos de las autorías labores artísticas de los periodos ancestrales, para lo cual tenemos numerosos ejemplos en el anonimato, tales como el arte representado plasmado y aparecido sobre las rocas, uno de éstos son los petrograbados del cual no podemos interpretarlos ligeramente con ojos occidentales del siglo XXI, igualmente, las numerosas iconografías sobre las piezas prehispánicas como son las cerámicas monocromas y policromas, tanto, vasijas, piezas escultóricas en arcillas con formas zoomórficas, antropomórficas, fitomórficas entre muchas otras, que narran o representan escenas de la vida cotidiana, así como de guerreros, de tomas de poder o simplemente formas decorativas geométricas que aluden a las mágicas formas representadas en los panteones mesoamericanos, serpientes, jaguares, ranas o sapos, lagartijas u otros reptiles,; aves como los “cuauces”(gavilanes), águilas; tecolotes, auroras (búhos); y en piedras, numerosas estelas, relieves en estucos, construcciones piramidales, y diseños o escrituraciones, ilustraciones sobre papel de higueras de los ya escasos códices sobre papel de amate como son los tonallamatl, tonalpohualli, tzolkin, Chol Q’ij. Estas últimas producciones etnocientíficas, científico-artísticas intelectuales fueron presas de las hambrientas hogueras del conquistador, sujetas igualmente, con mayor facilidad al deterioro ambiental biodegradable, y por tanto, a las quemas despiadadas en las llamas del conquistador bestial inquisidor clerical.

Desde los periodos formativo, pasando por el clásico y de éste, al posclásico mesoamericano, el arte prehispánico se ejecutó con maestría sobre múltiples superficies planas, en paredes de las estructuras de muros de talud- tableros, pirámides y otras muchas edificaciones; así vemos como se elaboraban esculturas en piedra, estuco, barro o arcilla, jade, pirita, andesita, entre otros muchos materiales duros y blandos modelables, tanto en hueso, madera y demás materiales alternativos.

Pero, que sucedió con las manifestaciones artísticas en la Colonia centroamericana. Recientemente visité Antigua Guatemala, para constatar la producción artística de este periodo, y en especial, la incidencia que tuvo la mano de obra artística indígena en dicho periodo colonial, orientando a un grupo de un centenar de estudiantes en la carrera de la licenciatura en artes plásticas de nuestra Alma Máter, Universidad de El Salvador, todos estudiantes de la Escuela de Artes, de la asignaturas de Historia del Arte IV y Antropología Cultural. Pudimos constatar en Antigua Guatemala, hasta la fecha se le niega al indígena tener acceso a dicho lugar, sobretodo a colocar y vender sus productos elaborados estéticamente en las calles de Antigua, por lo tanto, pudimos constatar que sigue siendo una CIUDAD PARA LOS BLANCOS, no cabe duda, que al indio se le utiliza solamente para la promoción estamparía visual de la captación mercantil y la industria capitalista turística. Al indígena se le sigue negando su papel de productor de una prodigiosa estética que alimenta el espíritu de los pueblos originarios.´ Para el indígena, poner un pie en el suelo de algunas ciudades modelos coloniales es un reto a lo no compartido, o alcanzable en el prototipo de considerársele heredero legitimo de dichos espacios físicos que le son negados, y que ancestralmente le pertenece; legítimamente, es un suelo que le pertenece ancestralmente.

En el arte colonial la mano del artista indígena plasmó con sus atributos estéticos e intelectuales, un sello de identidad que marca la diferencia a lo considerado netamente europeo colonial; logrando así, un arte exquisito, que lo podemos apreciar en las numerosas construcciones de iglesias coloniales en Centroamérica, de igual manera en su cerámica y demás expresiones de la plástica de dicho periodo. Especialmente, en El Salvador en las iglesias de pueblos emblemáticos tales como: Izalco, Panchimalco, Santo Domingo de Guzmán, iglesia del Pilar en San Vicente y muchas otras más que se nos escapan del listado, que forman parte de nuestro patrimonio histórico cultural, arquitectónico, arqueológico e histórico salvadoreño, todas estas edificaciones son muestras de la presencia e incidencia de la mano de obra indígena. Tanto en la imaginería escultórica, placas de gratitud y otras prácticas rituales, sustituyeron al antiguo códice profético, en las numerosa imágenes plasmadas en yesería, en pinturas al fresco, óleos, y numerosas poesías hechas oraciones que mágicamente escondieron o disfrazaron hábilmente hechas en metáforas, a las antiguas deidades para continuidad de su ritualidad, donde las antiguas formas espirituales y antiguos iconos prehispánicos ancestrales fueron cambiados o sustituidos por las nuevas deidades cristianas. En la colonia, el arte hecho por indígenas son precisamente anónimos, y el anonimato fue una constante primordial que los blancos le negaron al indio; tanto, en la calidad de ser considerados artistas.

El artista mesoamericano llamado tlacuilo, indígena que hábilmente transmutó, disfrazando metafóricamente a estas imágenes, así vemos como antiguas deidades, se convirtieron en los santos de la devoción del pueblo, ejemplo lo vemos en el icono de la Tonanzin, la cual se transformó en la Guadalupana; muchas vírgenes son en realidad las equivalentes a Ixchel, Itzaná, Mesti, sihuacoatl, sihuaticutli, Ixcoatl, entre otras para mencionar algunas de las múltiples o numerosas deidades que existían en el pensamiento indígena en Mesoamérica; igualmente, muchos de las imágenes de los santos católicos subyacen como contrapartes del concepto de vida. Muerte, dualidad que comparte una serie de simbologías, tales como machimón, o el San Simón, son un ejemplo.

El etnocentrismo cultural en contra de la producción artística indígena solamente es un atractivo cosmético de las empresas turísticas con fines económicos mercantilista, donde se hunde la dignidad productiva del arte de los pueblos originarios a la miseria económica. Lo exótico y lo vendible, lo cual produce jugosas ganancias a las clases mercantilistas dominantes y no al indio, en todo caso, son formas de concepciones del manejo caprichoso de las marejadas, a una serie de valoraciones antojadizos del comerciante capitalista. En términos generales. El arte producido en las entrañas del pueblo que denuncia, señala el pisoteo al cual es víctima, son negadas a la categoría de arte. Las grandes mayorías de las fuerzas productivas artísticas llamadas el proletariado, en la producción estética son las que le producen capital financiero a las elites capitalistas, éstas son consideradas por los estetas burgueses, simplemente calificadas de artesanías en muchos casos, y no en un arte. No cabe duda que esto, es una negación al alto nivel estético desarrollado espiritualmente, que desde los ancestros el arte estuvo ligado a la intención ideológica de transmitir significados de dominio sobre el otro. En las numerosas imágenes que hasta hoy en día se produce por las manos de los pueblos testimonios, encontramos muchas de estas aseveraciones, en torno al papel que juega el indígena como productor de imágenes estéticas.

Hoy a casi 520 años, del último baqtún de la cuenta larga calendárica del haab, esperamos se cierre el gran ciclo de la obscuridad y resurja el Sexto Sol, equivalente al gran ciclo de la luz del primer baqtún en la nueva cuenta larga. Desde la producción muralística artística en Bonampak, hasta los murales de los mexicanos tales como Guadalupe Posada, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, o el gran pintor indígena ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, o la ya transmutada a la vida inmortal, la intérprete y cantante-poeta Mercedes Sosa, que con su dulce canto de gorrión y vuelo pausado del cóndor viajó al mundo del Mictlan, hoy todos ellos forman parte de un hito en la América Milenaria y solamente, los tenemos presentes desde el plano espiritual, entre otros, encontramos algunos artistas pintores dedicados a plasmar las entrañas de lo que es ser originario, bajo las temáticas relacionadas a los pueblos originarios no escapamos a las referencias artísticas en El Salvador, del antiguo Cuscatán, la tierra de Quezalcoatitan, tenemos algunos de éstos ejemplos como fueron el gran nahual blanco Salarrué, José Mejía Vides, o a nuestro recordado hermano “tamastiani” ( maestro) de la plástica salvadoreña, del pincel de Camilo Minero, guerrero de las luchas populares por alcanzar mejores niveles de vida, todos ellos son guerreros jaguares del arte plástico pictórico, todos aquellos quienes fomentaron la reivindicación de los pueblos indígenas después de las masacres contra la insurrección popular desatadas en 1932 a manos de la sanguinaria dictadura militar de Maximiliano Hernández Martínez, a dicho periodo se le denominó más tarde como la dictadura del martinato.

Contemporáneamente, el arte va alcanzado un reconocimiento de lo identitario, de lo colectivo, de lo ejemplar en la producción estética originaria de la población actual salvadoreña. Ésta subyace, intrínsecamente, en las venas de todos nosotros, con un fuerte componente genético cultural indígena, hoy en día forma parte de lo cotidiano, Así, como el invasor colonialista español, el cual niega la tolerancia de aceptar a la otredad cultural, a igual.

Otro elemento sociocultural que debemos de interpretar en su justo momento, es precisamente, la existencia de la presencia negra en El Salvador, la cual no se queda atrás. Prueba de ello lo encontramos en los lienzos o códices de la conquista como es el Lienzo de Tlaxcala, y en otros, en donde la presencia del negro, por primera vez es interpretada en América aparece como temática principal en las manos de los tlacuilos, artistas completos prehispánicos. Desde ese punto de vista el arte es una narración etnohistórica, la cual testimonia los sucesos de la conquista vista desde los ojos del indígena, tanto en lo vivencial como lo testimonial de los sucesos acaecidos en nuestras tierras, a igual que en todo el resto de América, que marcó con la llegada de los invasores europeos un cambio de visión en torno a la vida, estos códices son testimonio históricos vistos desde los ojos de los indígenas.

Desde este punto de vista; nuestra misión, debe de ser considerada en releer lo producido estéticamente por las manos de los y las artistas indígenas del gran bagaje intelectual heredado por lo filósofos, etnocientificos y etnoartistas indígenas.

En todo caso, la categoría de “arte” es un canon bajo la simbología ideológica del ejercicio del poder occidental; no se trata de reclamar lo justo o injusto; o solamente de decir, que la producción artesanal de las artes populares, tanto en el folclor u otro término utilizado se le denomine “arte” ya que el término es apropiado desde el punto de vista etnocéntrico de las culturas occidentales, pero lo importante es a mi juicio que se eleve y se le reconozca la categoría de la producción estética de los pueblos originarios con el valor estético creativo, ideológico, político, cultural espiritual y sobretodo histórico de la iconografía producida por la mano de obra originaria. Si bien es cierto que de acuerdo a los cánones de occidente mucha de la producción estética no alcance “la calidad” o cumpla desde el nivel de llamarle arte a lo producido por la población indígena; más que eso, debe de tomarse en cuenta que la balanza no es justa, no podemos comparar con ojos de inquisición medieval neocolonialista, sí o no cumple con los cánones clásicos, desde el punto de vista de los parámetros del figurativismo del arte greco latino occidental del arte moderno, estos criterios son para el mundo estético occidental, debe de respetarse la autenticidad de lo producido con la belleza estética de los cánones de los pueblos originarios donde no caben las interpretaciones etnocentrista y eurocéntricas occidentales de calificarlas como no arte.

No se trata de cómo debe llamárseles bajo un calificativo respectivo, solamente reclamamos que corresponda a sus propios cánones de los pueblos originarios y no a los occidentales, pero entonces, ¿cómo debe de llamarles realmente?, más que simple semántica del arte debe de respetarse el valor histórico cultural y estético que encierra cada obra artística de nuestros pueblos originarios en procesos de liberación; entonces, ¿cómo debemos los creadores y trabajadores u obreros del arte y la cultura acogernos y corresponder bajo qué o cual Canon regirnos?, antes que preocuparnos de esto, debemos de considerar que el arte es considerado ideología en imágenes, y por tanto, un reflejo de la realidad social, donde el arte ha sido un arma ideológica de sometimiento, representado antiguamente en estelas y otras formas de escrituración artística, que formaban parte de los poderes hegemónicos de las castas gobernantes. En la colonia se representaba al Dios español con barba, blanco, de ojos azules, bajo la sombra de una deidad superior, que aplastaba a los antiguos ritos ancestrales mesoamericanos, por tanto debemos de considerar un reflejo de la conquista el trauma de la inferioridad de ser llamado indio,; por tanto debemos de superar este trauma de la conquista, en donde lo aplastado es sinónimo de menosprecio, de inferioridad al sometido.

Por tanto, el arte occidental refleja y comunica los procesos de dominación colonialista. Pero dialécticamente, el artista comprometido con su clase social, reivindica con su obra artística, concientiza y libera del yugo colonialista y neocolonialista, tomando a diario un fomento a las grandes capas populares del fomento de la conciencia social espiritual y para el caso, se debe y se compromete a participar de los procesos de liberación con su producción u obra artística dedicada a los pueblos indígenas, negros y populares a soltarse de los nuevos yugos neocolonialistas.

Y como lo dijeron nuestros ancestros en los numerosos poemas:

“Cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco; pero no pudieron arrancar nuestras raíces”
Pop Wuj.

Q'ij lahún ajmaq - día tecolut 10 de la cuenta larga-

EL PAPEL TRANSFORMADOR DEL ARTE


Dibujo a la tinta acuarelada, técnica mixta
Autor: Álvaro Sermeño


El Arte, es una de las formas de comunicación netamente humana. No existe otro mamífero o animal creador de imágenes artísticas, manifestaciones estética, ser creador de cultura, de esta manera, el arte juega un papel transformador, socializador y humaniza al homo sapiens sapiens, esto tiene como resultado una enorme incidencia histórica en el cual el ser humano se transforma así mismo; esto como lo plantea Engels, en uno de sus numerosos análisis sobre el ser humano en torno que el único animal de transformar conscientemente la naturaleza es el ser humano, yo agregaría que de alguna manera e inconscientemente la trastornado en su esencia, no quiero con esto sostener o corregir al maestro Engels, no soy pretencioso, sino es simplemente obvio como el ser humano altera su medio. El arte, o mejor dicho las manifestaciones estética creadoras artísticas nos reclaman, cuestionan, el papel que juega en su esencia en torno a las concepciones de la vida, así estas se reflejan artísticamente, no cabe duda que mediante el arte se niega o se acepta las realidades sociales, económicas y políticas en torno al creador artista que engendra y hace parir imágenes que rechazan, aceptan o cuestionan dichos conceptos.

El arte, en todo caso es una manera de manifestar creadoramente nuestras conciencias de clase, aunque no se acepte o se acepte por parte de los creadores del arte esto juega un papel transformador de la conciencia, no cabe duda, que entrar en un debate será lo más rico de las experiencias en torno al papel que juega el arte. Así, el hecho social artístico enfrenta ambivalencias concepcionales, por un lado quienes aceptan que el arte juega un papel transformador de la conciencia; otros, dirán que no, esto, tiene que ver con los niveles interpretativos y de profundidad analítica en torna a las formas de la conciencia social e individuales que los creadores de artes llamados a sí mismos artistas, trabajadores del arte, obreros y u obreras del arte, creativos, entre otros apelativos. En todo caso, es interesante conocer las diferentes gamas de lo que consideramos arte y lo que no es arte, de acuerdo a nuestra visión ideológica, las ideología en imágenes como lo plantea Nicós Hadjinicolaou, el arte es ideología en imágenes, esta consideración es importante deshuesarla para que podamos debatir en un foro abierto a las opiniones que merecen a dicho maestro de la estética materialista de la historia.

En todo caso la sociedades que excluyen a sus ciudadanos a participar en las acciones directas para transformar y democratizar su sociedad son elitistas, por lo general proyectan no solamente un arte de élites, sino excluye de todo afán de contribuir a la conformación de una sociedad en la cual se goce del acceso a todos los bienes artísticos y culturales que el Estado- Nación oferta a sus conciudadanos. El Arte se torna elitista cuando no todos los ciudadanos gozan del deleite al consumo del arte, del cual tiene la obligación de promoverle, y brindar la oportunidad de participar a la población a participar como receptores y en muchos casos en emisores (artistas).

La políticas culturales de un Estado - Nación que niega su obligatoriedad en torno a promover estos principios, no solamente excluye, si no que no tiene un sentido en torno a construir una sociedad no elitista, y del hecho que no dé los espacios para que exista una interacción entre emisores y receptores, de la doble formas de comunicación artística.

¿EN QUÉ MOMENTO EL ARTE SE VUELVE ELITISTA?

El arte se vuelve elitista, en la medida que niega su papel transformador social, motor de la sociedad, para el caso una sociedad de consumo, por lo cual debe de ser consumido por el grueso de la población, ciertamente, creer esto, que es utópico pensar en un arte masivo en el cual todos los habitantes de este planeta gocen de las manifestaciones artísticas que produce planetariamente la globalización de la cultura, lo cual es difícil de lograrlo, sin embargo, el arte no solamente, lo elaboran unas élites llamadas artistas, sino que todos los pueblos del planeta son creadores de sus propias manifestaciones artísticas.

Desde ese punto de vista, el arte, siempre es social, y cumple un papel transformador de la conciencia colectiva. Si se les niega a los pueblos del mundo que son creadores de arte, de acuerdo a los lineamientos de occidente, caemos en concepciones excluyentes elitistas; estos conceptos elitistas, sostienen que solamente unas élites son artistas. Por tanto, estamos negando que otros pueblos o culturas diferentes a los nuestros poseen arte y hacen arte, aunque dichos pueblos no les interesen considerarlo si o no son creadores del arte según los cánones occidentales.


Álvaro Sermeño.






"Dibujos de la Guerra"
de la serie "La Masacre de las Hojas"
Autor: Álvaro Sermeño
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EL PAPEL TRANSFORMADOR DEL ARTE
(SEGUNDA PARTE)

Continuando con nuestras valoraciones. El arte es una de las manifestaciones de las formas de la conciencia social, en sí el arte como tal, es reflejo de la sociedad en la cual se produce, o en la cual se desarrolla. Con esto, no quiero atreverme a discrepar en el sentido que se manifiesta como en los sectores de pequeños grupos de intelectuales, grupos de poder económicos, en sectores pequeñoburgueses, grupos de amigos, etc. Como tal, el arte es una de las manifestaciones estéticas humana, lo que sucede, en su mayoría que se le niega este nivel de arte al producido por el pueblo, esto, ha sido una constante en muchas sociedades, especialmente en América Latina tenemos algunos ejemplos, como es el caso del maestro mexicano grabador José Guadalupe Posada a quién se le negara en su momento, por parte de las elites de su época ser un artista creativo, igualmente, muchos otros creativos trabajadores u obreros del arte, no se les ha considerado como tales. Entonces, las preguntas y respuestas vienen al pelo, ¿Cuándo es arte algo y cuando no lo es?, según Umberto Eco, esto está determinado por los parámetros clasistas de una determinada época,

Desde las inclinaciones de los gustos estilísticos, determinados por las modas, la propaganda en los medios masivos, de la radio, la tv, el cine, los periódicos y la internet, etc. Entre otras inclinaciones de la época, a igual de los intereses de clases. El arte como una de las formas de la ideología en imágenes, no escapa a la lucha de clases, determinado por el ejercicio de los poderes económicos, políticos, financieros quiénes en realidad determinan estos parámetros , son acaso los intermediarios , los marchand, los comerciantes o coyotes de las galerías comerciales del arte, son acaso los grupos religiosos como lo sucedido en la edad media donde ellos co financiaban, a igual, posteriormente, lo hicieran los señores burgueses de una cuantas elites, lo determinaran que es arte y que no es arte , ¿acaso, está determinado por un Opus Dei?

Ante estas inquietudes, como lo entendemos, que sucede en nuestros paisitos con las innumerables manifestaciones del arte producidas por las comunidades rurales, campesinas y urbanas. Comencemos en orden, el arte producido en las zonas rurales no se le valora como tal, si un artista del pueblo, o procedentes de las capas populares del proletariado, que no proyecta su obra por determinada razón su producto manufacturado y lo proyecta en las galerías comerciales del arte donde los coyotes y las hienas del arte lo revenden, como tomates u otra verdura, a un determinado precio alto o no , bajo los parámetros del mercado mundial o local, de ciertas conveniencias financieras , bajo los enfoque de los precios del mercado internacional, o de las modas, bajo los medida de lo que se vende en ese momento , es lo determinado como arte, pero, este artista , su interés pudiese ser , lo que quiere, posiblemente es nada más, mostrar ante el público consumidor del arte, nada más expresar sus vivencia de la memoria histórica, bajo estos aciertos y desaciertos, esto, no es considerado arte por muchas de las elites que buscan es llenar o satisfacer su “status de Intelectus”, acrecentar su “prestigio de conocedor”, entre muchas otras perspectivas exclusivas,

Aunque, hay excepciones de consumir un arte bajo ciertos requisitos o intereses de clase, y no solamente, los de vanguardia; claro, aquí entramos en otro dilema, que sucede con el arte llamado de vanguardia, contemporáneo, arte moderno u otros calificativos, que buscan nada más nombrar semánticamente, al producto artístico elaborado para unas elites , (si se le considera como tal) vanguardista, contemporáneo, etc, etc, etc, , pero, que en todo caso, el arte producido en las comunidades campesinas que tienen en muchas ocasiones calidad estética, resulta que es negado o considerado arte.

Considerado o no considerado, una manifestación estética, pero que a la larga se le niega la categoría estética de arte, o no artística. Solamente, a lo sumo una artesanía o arte popular, folclore, etc. lo que sucede todo esto, a la vez está regido bajo los parámetros conservadores occidentales, para juzgar o catalogar estas expresiones como tales.

En muchas ciudades latinoamericanas , como la nuestra, en San Salvador, el arte callejero, en muchos casos no es considerado como arte, un ejemplo los encontramos en algunos grafitis o murales comunitarios elaborados con cierta calidad, el simple hecho que se halla pintado en la pared de un mercado, en la paredes exteriores de una vivienda, o un muro abandonado en una vieja acera, no es considerado arte por las elites , desde las intelectuales que solo pululan, entre las salas de los teatros, galerías comerciales, recintos cerrados, muy alejados al acceso de las grandes mayorías , no se le califica o reconoce como arte desde dichos parámetros occidentales.

Sin embargo, no estamos en contra de los recintos cerrados, como los teatros, salas de exposiciones, salas de artes de múltiples usos, incluso los centros comerciales donde se proyecta un arte para el consumo de la publicidad y de valores simbólicos de la promoción de productos desde banales a productos del mercado mundial de las transnacionales para generar vicios alienantes del consumo, a nuestro juicio, ciertamente, son importante dichos espacios como lo plantean algunos historiadores del arte, o antropólogos como Marc Augé en lo referente a estos espacios denominados como “Los No Lugares”, si comparamos, dichos espacios comerciales son estándares, iguales en todo el mundo, tales como los aeropuertos, salas de cine, restaurantes, estadios deportivos. Muchos de estos modelos arquetípicos se encuentran construidos a lo largo de Latinoamérica, o en ciudades del resto de los Estados Unidos, Europa y en el mundo entero, claro, aquí se promociona, en dichos “No lugares”, un arte para promociones consumista , de un determinado producto comercial.

Por tanto, se le considera una expresión artística a lo proyectado en los no lugares, con esto, no estamos en contra de dichos conceptos; pero, ¿porqué no se le reconoce como arte a lo producido en otros lugares o espacios a los acostumbrado?, ajenos o no, a los frecuentados estos sectores elitistas, manejados bajo los cánones interpretativos de las ideologías dominantes.

Este reclamo, si caer en catarsis o apologías ante lo negado, ante el turno de los ofendidos, de la necesidad innata de expresarnos artísticamente bajo otros cánones del arte de los desposeídos, a quienes se les ha negado su autoría intelectual de ser considerados productores de Arte. Así, los sectores mayoritarios de un sistema excluyentes al acceso de los más mínimo de seres humanos dignos , como son los derechos al acceso de la salud, vivienda digna, educación en todos sus niveles, pero especialmente al consumo estético diario del arte y su reconocimiento como tal.

Sin caer en concepciones de purismos metafísicos idealistas esotéricos, que no nos contribuyen en nada, lamentablemente, el acceso al arte es una práctica elitista, no el arte en sí, elitista, ya que lo produce el pueblo, creativamente desarrolla un arte autentico, , al cual se le niega dicha categoría de “arte”, si desmeritar las vanguardias de las artes, que ya no son tan vanguardias en el arte moderno, debido que ya tienen más de siglo y medio de estar presentes en el mundo occidentalizado,

Bajo los conceptos elitizados por un “creativo ocurrente” el cual en cierto momento, haya amarrado un chucho (un perro) en una galería de arte o en una sala de exposiciones de arte y lo haya dejado morir de hambre, para provocar denuncias enfurecidas de los asistentes a su “muestra artística innovadora”, por declarar cuantas gentes se manifestarían contra él, por dicha acción al juzgarlo como un crimen cuando existen en el mundo unas cuantas millonadas o de miles que mueren de hambre en el mundo entero. Mi pregunta es ¿porqué no se amarró él y se murió en una definitiva huelga de hambre?, si quería tal impacto de performance o de arte vanguardista y el resultado quizá hubiese sido el mismo probablemente.

No estamos considerando que el performance y otras como el body art, el fluxus etc, son exclusivos o elitistas, no, si estas experiencias artísticas se proyectan desde las calles o lugares donde se invisibilizan, y cumplen un papel socializador este deja de ser del consumo exclusivo de unas elites. Ejemplos, hemos visto muchas escenas montadas en las comunidades campesinas en sus conmemoraciones a las masacres, entre otras donde se utilizan el performance, entre otras manifestaciones, las cuales han provocado en dicha población un impacto colosal que ha reivindicado su memoria histórica.

Por tanto, no es el performance u otra corriente artística la elitista, sino el uso exclusivo de ciertos sectores para su consumo exclusivo de dichos sectores, de esta manera, el arte deja de ser elitista cuando nace , se produce o con sume por todo un pueblo que tiene acceso a su deleite, tenemos ejemplos en algunas partes del mundo, miremos a la sociedad cubana que consume su arte, sus artistas por todo un pueblo, en la música, encontramos a un Silvio Rodríguez, un Pablo Milanés, Benny Moré, Compay Segundo , entre muchos otros; en la literatura a Nicolás Guillén, José Martí, en la pintura un Wilfredo Lam, para no alargar la cuenta; no son solamente, son consumidos en toda Cuba, sino en muchas partes del mundo, incluyendo en nuestros países de Latinoamérica

Que sucedería si las reglas del juego cambiaran, en Latinoamérica, y los gobiernos, los estados independientemente la línea política que sigan masificaran el derecho a la salud alimentación, vivienda digan, educación gratuita a sus conciudadanos, y el arte como una forma de la conciencia social tomara un espacio dentro del acceso a la educación y a su consumo como lo son otras formas de la conciencia tales como el deporte y la religión ¿Un derecho o un privilegio?

Álvaro Sermeño.






De la serie: " Los Desposeídos"
Técnica: Dibujo a la Tinta,
Dimensiones: 1mt. x 80 cms.
autor: Álvaro Sermeño
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EL PAPEL TRANSFORMADOR DEL ARTE
(Tercera parte)


Promoviendo y respondiendo al debate de las ideas

Es una realidad que el arte está determinado por diferentes categorías que lo definen como tal, pero, estas, son parte de la expresión de la lucha ideológica de las clases antagónicas-

El arte como forma de la conciencia social, determinada bajo ciertos criterios son el reflejo de una sociedad clasista. De esta manera, el arte creado o parido por las capas populares en muchos aspectos es la viva expresión del sentir de las mismas. El arte es ideología hasta cierto punto, pero está determinada por el manejo técnico de las imágenes artísticas, de esta manera, cumple un elemento vitalizador, del cual se nutre el arte.

Ahora bien, ¿Quién o quienes determinan a que se le llama arte y lo que no es considerado arte?, parte está abordado en reflexiones anteriores, pero como lo plantean, el grafiti pandillero que cumple con una serie de valoraciones estéticas creadoras, como son la singularidad, el manejo técnico, el mensaje, en todo caso lo que denominamos “Forma” en toda su dimensión creadora como es la totalidad de la obra en sí, la cual a su vez es la ‘parte material del signo artístico, en esa dialéctica creadora, el contenido de la obra es una parte inseparable del signo artístico o lo llamado por otros “obra en sí” u obra de arte, este contenido es la totalidad del proceso comunicador del arte.

Vale decir, que lo planteado en que si una pupusera es artista, no, precisamente es una hacedora de la cultura, pero no productora de arte de la tortillera. La producción en serie que hace una artista o un artista no es equivalente a hacer ollas en serie, sino en producir innovaciones con el sello creativo artístico,

No pretendo ser determinista iconográfico, sino el de batallar ensayísticamente, sobre la necesidad de potenciar teóricamente, a que llamarle arte y a que no. Ciertamente, el arte es elitista, en la medida que este es consumido por ciertos grupos y no las grandes mayorías de la población. Ortega y Gasset determina que el arte no es entendido por las masas, sino por unos privilegiados, por unas elites. Ciertamente, para la comprensión de lo que en occidente llamamos “arte”, esto es un lenguaje de unos pocos, pero, en todo caso no comparto que el pueblo o las grandes capas populares no tengan la capacidad receptiva para su decodificación, esto, es más una retórica de las capas pudientes en negarle a las grandes mayorías este privilegio, que en realidad es un derecho, si estudiamos la historia del arte estamos estudiando la historia de la burguesía. Lo cual, a mi juicio solamente potencia los criterios elitistas de la producción artística de la creación estética de los pueblos

Así de esta manera, el pueblo se empodera de su propia creación artística, reivindica su lucha por conquistar una sociedad que le excluya, claro que no es nuestro caso, pero la sociedad de futuro está determinada por la construcción socialista del arte, lo cual no es que estemos institucionalizando el arte por una visión del Estado, el cual aún más no puede decretar que es arte de las clases populares y que no es, sino este está determinado por la lucha de clases que son antagónicas y dialécticamente cambiante ante la historia de los pueblos

Ciertamente volviendo a la producción de los pandilleros esta producción de imágenes son producto de la exclusión y de la marginalidad a la cual el Estado y la sociedad en la cual estamos inmersos, en una sociedad capitalista, lo cual provoca un arte de la exclusión, de la marginalidad, siempre y cuando este se ve complementado conciertos manejos de la gráfica, de la destreza, de la calidad que le puede determinar como un grafiti artístico o como una pinta que en la antropología se interesa por estudiarlas como formas multiculturales de una sociedad de consumo y globalizante. A igual que la totillera que no produce arte sino cultura, sin embargo si e esa misma tortillera, en su ratos libres o marginales se dedica a pintar, a esculpir o a cultivar cualquier disciplina artística es otra cosa. Entonces, igualmente es productora de arte como a igual una productora de cultura, y si es productora de algún arte, hay que llamarle trabajadora del arte o artista.

Atte. Álvaro Sermeño.

LA OTREDAD




Antropología: La Otredad

Antropología es un campo del conocimiento de las ciencias sociales que aborda las distintas opiniones en torno al estudio de culturas distintas o diferentes frente a las "nuestras".

La Antropología es un acercamiento a la otredad, que a su vez es una posibilidad para reconocer al "otro" como diferente, con expresiones culturales diversas en torno a las nuestras.

La otredad es la manifestación desde el punto de vista de nuestra particularidad, de apreciar lo que consideramos nuestro frente a lo que es de otro.

Culturalmente hablando, la diversidad cultural que apreciamos en "nuestras culturas", la gran variedad, y la diversidad que hay en ellas, de ver lo diferente en nuestra cultura, pero que esa diferencias las encontramos marcadas en otras culturas o pueblos circunvecinos, los cuales son distintos, el detalle de jugar con la diversidad, con la otredad, de ver a los otros, como otros, y a nosotros, ellos como otros, más que un juego de palabras los otros somos nosotros dentro del contexto de otra cultura u otredad.

La gran variedad de expresiones culturales nos permite compartir y visualizar la inmensidad del abanico de lo diferente que somos frente a la otredad; de esta manera, la otredad se nutre de la particularidad y otredad que hay en cada cultura, y especialmente, de la diversidad cultural existente en la otredad.

La diversidad es una manera de reconocer o aceptar "lo diferente o similar" que hay en los "otros", sin caer en prejuicios etnocéntricos, que no son "inferiores" o menos importantes, o por el contrario, son culturas "superiores" frente a las nuestras,; por tanto, la importancia de reconocer lo diferente frente a los otros o nosotros ser reconocidos como distinto y tan valiosos como las otras expresiones culturales del globo.

De esta manera, la particularidad histórica que plantea antropólogos como Franz Boas, quien considera en la antropología, si no aplica los elementos de reconocimiento de las particularidades históricas, pierde el valor científico de considerar esa diversidad como una expresión cultural particular, la cual pierde historicidad sino se le reconoce como diferente en lo particular, en ese sentido, la particularidad es un principio en la otredad de reconocer al "otro" como diferente y no como inferior o superior, sino como tal, distinto frente a la nuestra u otra cultura en particular.


Álvaro Sermeño

ARTE Y ANTROPOLOGÍA



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LA ANTROPOLOGÍA EN SU PAPEL DE INVESTIGACIÓN

Existen muchas opiniones del papel contemplativo o activo de la antropología
La antropología como ciencia o disciplina sociocultural, es una de las ramas de la investigación holística que se encarga de estudiar al ser humano en su contexto natural y social, y en todas las dimensiones o campos diario que el ser humano realiza, por lo cual, la antropología se involucra en conocer a la humanidad en todo su espacio integral. Por lo que se sostiene que es holística o integradora en todos los niveles del conocimiento humano.

La antropología sociocultural, estudia a las diferentes culturas, grupos sociales en su contexto geográfico, económico, histórico, económico, social, redes de parentesco, filosófico, político e ideológico. Por tanto, la antropología decodifica el mundo simbólico, manifestaciones rituales y todas las manifestaciones existentes del ser humano, lo cual ubica a la antropología, entre las ciencias sociales que estudia el sistema de signos y símbolos, donde el antropólogo o antropóloga, se encarga de sistematizar los datos compilados de primera mano, así, utiliza una de las diferentes técnicas denominadas observación participante, entre otras está las encuestas, las conversaciones de primera mano, entre otras acciones directas al grupo que interviene el investigador, lo cual, le permite hacer un análisis exhaustivo en torno a lo que se estudia culturalmente hablando

CIERTAMENTE TENDRÍAMOS QUE LLEVARLO A NUESTRO FORO PARA CONTINUAR ANALISANDO EL PAPEL DE LA ANTROPOLOGÍA EN EL CONTEXTO SOCIAL E HISTÓRICO.

La Antropología Cultural en su contexto social e histórico.


¿Qué les parece?, Le entramos a este paquete, para así iniciar discusiones de nuestra labor de trabajo de campo. Por tanto, démosle jaque, y continuemos debatiendo, el papel de la antropología en su contexto social e histórico cultural.